²¹No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. ²²Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? ²³Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7: 21-23

Tal pareciera que lo dicho por él Divino Maestro pasa desapercibido por este mundo contemporáneo, ya son los últimos tiempos y la humanidad debería estar alistándose para dejar ir este siglo y esperar el venidero con Jesús aquí en la tierra, ya nadie quiere padecer, nadie quiere ver mas allá de sus necesidades cotidianas, todos clamamos por salud en un mundo plagado por tantas enfermedades.

Mucha de la gente de hoy en día se refugia en agrupaciones en donde se les ofrece prosperidad y salud; no es que no lo necesitemos, lo que pasa es que aquellos que clamaran a Jesús por misericordia el día en que él  descienda del cielo  no aparecerán de la noche a la mañana, ya están entre nosotros y la “luz” que emiten,  a muchos les ha sobrevenido la ceguera de no ver el camino verdadero  que lleva a la vida eterna.  Estos adoradores sabe de qué dioses, pasan horas tras horas arengando a  enormes cantidades de personas con sus propias palabras, tergiversando el verdadero espíritu de la palabra inspirada por El Eterno, ofreciendo lo que no está escrito en la Biblia,  a estos les es muy fácil mentir; en este mundo actual ya se han descubierto las trampas de muchos líderes religiosos que vivieron de la buena fe de quienes  se sintieron su ovejas.

Claramente nos dice el Señor;  buscad primeramente el reino de Dios y su justica y todo lo demás  les  será añadido; en clara alusión de  que el hombre hace todo al revés.

Qué difícil es para el que dice sentir temor del altísimo, cuando perfectamente se da cuenta que lo que lee en las Sagradas escrituras  no contrasta con lo que estos falsos profetas les dicen desde sus resplandecientes pulpitos, cabe decir que el trabajo de las huestes del mal va mucho más allá, ya los tiempos son a término y Satanás arrecia con tanto afán porque su tiempo está por terminar, sea usted sabio en su entender y si la vianda espiritual que usted está comiendo le parece sin sabor pues ya no siga comiendo ese cascajo; le invitamos a compartir con nosotros el buen manjar escondido en la Palabra revelada a los hombres por obra del Espíritu de Dios, y en su entender vera que  esos que clamaran al Señor en su segunda venida nos están haciendo perder el don maravilloso del plan de salvación  de Dios y que como incautos nos dejamos llevar por  las emociones totalmente carnales contristando al Espíritu de verdad dado a los hombres desde el principio de la creación.